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HORAS EXTRAS ATENTADO CONTRA LA SALUD Y LA ESTABILIDAD FAMILIAR

  • sintratextilmedell
  • 6 mar 2015
  • 3 Min. de lectura

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Durante más de 100 años los trabajadores del mundo estuvieron luchando por conquistar un espacio para el descanso, por lograr la jornada de trabajo que disfrutan los trabajadores de hoy: 8 horas de trabajo, 8 horas de recreación y 8 horas de descanso.

Tantos sacrificios, tantos obreros muertos en esa lucha, tantos esfuerzos por rebajar la jornada de trabajo a 8 horas para ahora querer permanecer más tiempo en la empresa a cambio de más plata.

Jornadas de trabajo de más de ocho horas son perjudiciales para la salud del trabajador. Y es que ese trabajo, al igual que ocurre con la compensación en dinero de las vacaciones, van en contravía con principios fundamentales consagrados en nuestra constitución política, como el derecho al descanso.

Sin lugar a dudas hemos entendido mal el concepto de descanso y por eso lo subestimamos, lo hemos reducido a la simple "inactividad", al no hacer nada o hacer poco y desde esa perspectiva lo sentimos susceptible de negociarse, pero la noción va mas allá, tiene otras connotaciones.

La corte suprema de justicia se encargó de recordarnos en una interesante sentencia, así dijo la corte:

"Antes bien, advirtiendo que la relación laboral trasciende con creces los linderos meramente económicos, el derecho al descanso aparece como un imperativo reconocido históricamente por las diferentes legislaciones del mundo, merced a la lucha que los asalariados han protagonizado desde los albores del régimen de producción capitalista. La conquista de los trabajadores en torno a un horario predeterminado para la realización de sus labores, engendro a su vez el derecho al descanso diario, de suerte tal que, de una parte se fue racionalizando el número de horas de trabajo en aras de una utilización menos gravosa de la fuerza de trabajo empleada por el patrono y por tanto, en beneficio del trabajador mismo".

La jornada laboral de ocho horas, permitió la apertura de un mayor espacio para que el trabajador pudiera reparar sus fuerzas, compartir más momentos con su familia y de ser posible, abordar actividades para su enriquecimiento personal, como estudio, recreación, cultura, etc., Por ello mismo, pese a las restricciones propias de la relación laboral, actualmente el derecho al descanso conviene entenderlo como la oportunidad que se le otorga al empleado para reparar sus fuerzas intelectuales y materiales, para proteger su salud física y mental, para compartir con su familia mayores y mejores espacios de encuentro fraternal, para incursionar más en la lectura y el conocimiento.

Y qué decir de los efectos negativos que conlleva para la salud física y mental del trabajador la extensión de la jornada de trabajo, y de las nocivas repercusiones que la misma produce al interior de su familia.

Padres que por estar apegados a unos cuantos pesos extras se privan del enorme placer de ver crecer a sus hijos, llegan a casa tarde cuando los niños ya duermen y salen de ella temprano, antes de que ellos despierten, el desastre. Más tarde, esas ausencias les dolerán…a ambos!

Existe entre algunos trabajadores la idea equivocada de que trabajar en tiempo extra o en domingo y festivos es un derecho que la ley les reconoce y que por ello el empleador está en la obligación de permitírselo.

Y mucho más común que el trabajador al verse desprovisto de esos ingresos adicionales que le representaba el trabajo extra, se sienta perjudicado, y es entendible la angustia que en esos casos le sobreviene al trabajador, pues ya se había acostumbrado a unos ingresos “artificiosamente inflados”, que muy seguramente lo habían inducido a adquirir obligaciones o compromisos añadidos, no susceptibles de cubrirse con el salario básico.

Al interior de leonisa poco a poco los trabajadores hemos permitido que esta jornada se alargue, muchas veces con nuestro propio consentimiento, y la empresa se ha aprovechado para su beneficio y a su conveniencia de nuestras necesidades económicas, para abusar de ese derecho que nos pertenece.

Y decimos nos pertenece, porque es el trabajador quien decide si trabaja o no tiempo extra, pero muy sutilmente la empresa dentro de su sistema de producción ha encausado nuestras necesidades a su favor.

Lo explicaremos de otra manera: cuando hay bajones de producción, nos sugieren "muy sutilmente", irnos para la casa a descansar o si es fin de semana o puente a disfrutarlo y que ese tiempo lo pagaremos luego, ¿Cuándo? Precisamente cuando la empresa lo necesite, es ahí donde esas horas extras se hacen "invisibles económicamente", porque lo que estamos compensando es un tiempo que la empresa ya lo remunero, pero esta administración esta acostumbrada a abusar del desconocimiento de las normas laborales vigentes y el terror que les infunde para que no reclamen ante semejante desvergüenza.

Lo anterior deja ver lo perjudicial y nocivo que en ocasiones puede resultar el trabajo de horas extras y en días feriados, Eso desde el punto de vista económico.


 
 
 

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