SALARIO MÍNIMO EL CALVARIO DE LOS TRABAJADORES COLOMBIANOS
- sintratextilmedell
- 7 dic 2015
- 3 Min. de lectura
Colombia, es considerada como uno de los países más desiguales del mundo, cuenta con uno de los mayores niveles de empleo informal, además de tener la tasa de desempleo más alta de América Latina, destacan al país del “sagrado corazón”, como uno de los países más estresantes para vivir.
Entidades como la Organización Internacional del Trabajo (OIT) no dan noticias alentadoras para nuestro país, ya que lo ubicaron entre los 20 países con menores sueldos en el mundo y el sexto en América latina. El salario promedio en Colombia no alcanza el $1’300.000. Pero ¿cuántos colombianos no llegan ni siquiera a esta cifra?
¿Qué porcentaje de trabajadores se ganan apenas el salario mínimo? Por estos días empieza el tira y afloje entre gobierno, empresarios y centrales obreras en torno a la negociación del salario mínimo, que devengaran cerca del 54% de la población económicamente activa (PEA).
El 68% de los más de 22 millones de colombianos que trabajan, no tienen plena seguridad social, es decir no estan afiliados a salud, pensiones, riesgos laborales, cajas de compensación o fondos de cesantías.
Más de 2 millones de personas no tienen empleo y casi más de la mitad de los que lo tienen se encuentran contratados bajo formas de contratación tercerizadas tales como: cooperativas de trabajo asociado, contratos sindicales, empresas temporales, tercerización laboral indiscriminada, que conducen a eliminar derechos laborales, disminuir ingresos y no permitir la libertad al derecho de asociación, negociación y huelga.
Todo esto se debe a unas políticas impuestas para favorecer a los empresarios y generar más miseria, que evidencia la desigualdad vivida en Colombia; mientras que el discurso del gobierno de turno que habla de un ingreso medio alto, no se compadece con la realidad derivada de las mismas cifras, donde el 54% de los ocupados en el último año ganan menos o el equivalente a un salario mínimo.
El trillado argumento burgués en Colombia, que “la economía va mal pero el país va muy bien”, ha sido la burla constante de los gobiernos de turno para justificar las erráticas y equivocadas políticas sociales a favor del gran capital nacional y transnacional. Se podría decir mejor, que la economía y el país van mal, ¡¡¡mientras a la oligarquía le va muy bien!!!
Es paradójico y hasta burlesco que el gobierno diga que la economía va mal, en un año en que el precio del dólar llego a niveles altísimos, lo que conllevo a que las exportaciones de las empresas recibieran mayores beneficios económicos.
Después de escuchar al presidente Santos y a los burócratas funcionarios gubernamentales, el rancio discurso que el país va muy bien, a menos de dos meses para terminar el año, por fin comienza a admitir que hay una crisis social de vastas proporciones.
El trillado argumento burgués en Colombia, que “la economía va mal pero el país va muy bien”, ha sido la burla constante de los gobiernos de turno para justificar las erráticas y equivocadas políticas sociales a favor del gran capital nacional y transnacional. Se podría decir mejor, que la economía y el país van mal, ¡¡¡mientras a la oligarquía le va muy bien!!!
La responsabilidad de la misma se la endilga el gobierno nacional a la baja de los precios del petróleo y al fenómeno del niño, que estan haciendo estragos con la lluvia y la sequia, que se turna de acuerdo con los cambios en la atmosfera. Pero no dice nada frente a los problemas sociales y al drama de la población por la creciente pobreza que no disminuye como lo aseguran las fuentes oficiales.
Por primera vez la fuente oficial, admitió que las cifras de crecimiento de la economía no se van a cumplir. Según el DANE, octubre cerró con un aumento del índice de precios al consumidor (IPC), de 0.68%, con esta cifra influida en el mes de octubre por el incremento en las alzas de loa alimentos, coloca la inflación anual a diciembre, cerca del 6% y la acumulada de los últimos doce meses llego al 5.89%. La inflación desbordo el aumento del salario mínimo y general del presente año, que fue pactado por el gobierno, los empresarios y algunos dirigentes sindicales esquiroles de derecha.
Hay bastante incertidumbre para el próximo año. Todo indica que las cifras de crecimiento se reducirán y la inflación aumentara.
Las centrales no pueden pactar en las negociaciones del próximo salario mínimo, un aumento por debajo de la inflación, no puede haber concesiones a empresarios y al gobierno. Tiene que haber un salario digno que signifique realmente un golpe a la pobreza y contribuya a las necesidades de los trabajadores y el pueblo.

El movimiento obrero tiene que estar alerta para emprender la movilización de los trabajadores, con el fin de enfrentar la agresión del capital, en defensa del trabajo por un salario justo que realmente alcance para tener una vida digna.
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